Con asombro leo en los diarios que la célebre imagen donde aparece Barack Obama con el selecto grupo que planificó la captura y muerte de Osama Bin Laden dentro de la Oficina de Seguridad y Crisis de la Casa Blanca fue manipulada cientos de veces. Sin embargo, lo que más estupor me causa es el proceder de un diario neoyorquino judío ultraortodoxo, que al publicar dicha foto eliminó a la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, y a la funcionaria Audrey Tomason, directora Contraterrorismo del Consejo Nacional de Seguridad, por su condición de mujeres.
Como era de esperarse la situación causó polémica y tan rápido como el escándalo reventó, los directores de dicho diario, "Der Tzitung", mandaron un boletín a los medios de comunicación en el que pedían disculpas por el hecho, pero al mismo tiempo justificaban su actitud diciendo que su rotativa actuó según los preceptos de la religión judía, la cual prohíbe usar a las mujeres de forma que sugieran una "insinuación sexual".
Parte del comunicado señalaba también que "de acuerdo a nuestras creencias religiosas no publicamos fotografías de mujeres, lo cual no significa que las releguemos a una posición secundaria"...
¿Insinuación sexual? ¿Creencias religiosas?
Aquella foto fue pública, de manera que siendo ecuánimes podemos juzgar que solo a un enfermo se le puede ocurrir que ésta advertía alguna evocación con connotaciones sexuales.
A mi criterio lo que esta situación refleja es cierto desprecio hacia las mujeres. Nos hemos acostumbrado a señalar a los musulmanes por su actitud desdeñosa hacia nuestras congéneres, dejando al margen a estos otros conservadores radicales que desmejoran aún más la imagen de los judíos.
Basta ya de fundamentalismos tontos.
Isabel Castillo
C.I. 0909149189