Hay un ciudadano que es caja de resonancia de la oligarquía de este país; además, escribe para uno de los diarios de la localidad y está muy empeñado en allanarle el camino a un banquero poderoso para que sea el candidato de la recalcitrante derecha política ecuatoriana en las próximas elecciones presidenciales. Su nombre: Roberto López Moreno, el mismo que se ha dedicado a la ingrata y vergonzante tarea de lanzar ofensas, calumnias, subjetividades y amarguras de su alma, atentando y cuestionando la magna y extraordinaria obra del Primer Mandatario. “No hay más ciego que el que no quiere ver”, es un viejo dicho popular y vale recordárselo a Roberto López.
Hace muchas décadas los ecuatorianos esperábamos con mucha expectativa el surgimiento de un hombre de las características que adornan la personalidad del Presidente de la República. Apenas iniciado su mandato le dio al país soberanía, que es sinónimo de dignidad y amor a la patria, es decir, en otras palabras, ya no más imposiciones de las transnacionales, los ecuagringos y el FMI a la cabeza. Un trabajo profesional, serio, planificado y con proyecciones especialísimas de parte del SRI, recaudando y cultivando a través del diálogo franco, la cultura de la tributación al ciudadano común, al empleado, al trabajador, al empresario, al comerciante, etc. haciéndoles entender que, cuando se tributa correctamente, los recursos servirán para traducirlos en obras. Eliminación de la tercerización, situación en que eran maltratados, vilipendiados y explotados inmisericordemente empleados y trabajadores; pues ahora gozan de una estabilidad laboral de una manera directa con sus empleadores. El programa sin parangón en el Ecuador y América Latina llamado “Manuela Espejo”, que ayuda a este colectivo invisibilizado de la sociedad, nuestros hermanos discapacitados, patentado por el señor Vicepresidente de la Repùblica. La más grande obra en materia vial con 4.000 km de reconstrucción de carreteras a lo largo y ancho del país, incluidos esos majestuosos puentes, orgullo de nuestros hermanos manabitas, riosenses, esmeraldeños y guayasenses. El replanteamiento de una política de Estado en materia hidroeléctrica, jamás dada en el Ecuador, como Sopladora, Coca-Codo, Ocaña, Toachi-Pilatón, entre otras. El IESS imprimiendo una política también inolvidable con la creación del Biess, que está sirviendo a sus afiliados en infinidad de prestaciones quirografarias y, sobre todo, hipotecarias que no había desde hace muchísimos años; y destinando los recursos de los afiliados a la inversión en hidroeléctricas que con el tiempo se sacarán grandes recursos en intereses que servirán para implementar más servicios a sus afiliados.
Los ecuatorianos que estamos conscientes de la realidad nacional, sabemos que el país avanza, y avanza a paso firme, y que no podemos dejar de reconocer la obra inconmensurable y extraordinaria en todos los campos del quehacer nacional por parte del gobierno democrático y constitucional del presidente Correa.
Fuerzas oscurantistas que representan el pasado oprobioso se resisten al cambio sustancial e histórico que vive la Repùblica. Es hora de aunar esfuerzos, coadyuvando desde nuestras trincheras a la gran pasión que le imprime Rafael Correa a su mandato, para sentar las bases del cambio y transformación social en beneficio de las grandes mayorías.
Y yo me pregunto: ¿Será una fijación de Roberto López?
Galo Bonifaz Saltos
Guayaquil