Nos acercamos a las fiestas de fin de año. Y en el fondo a todo ser humano le gusta complacer con algún regalo o detalle a sus seres queridos. El sueldo fríamente sigue siendo el mismo, pero las personas tienden a excederse en las compras.
Adicionalmente los comerciantes buscan aprovechar al máximo y utilizan palabras mágicas, como: liquidación, remate, combo de locura, etc. Y el usuario común termina cayendo en la tentación de comprar cosas que no necesita.
Cuando inicia el año no sabe cómo se esfumaron la quincena, el décimo, el bono regalo o el anticipo de la utilidad. Lo bueno es que todavía se está a tiempo de ser prudente con las finanzas y no perder la brújula del norte de nuestras vidas.
Felices fiestas de fin de año. (O)
Gunnar Lundh