Las últimas noticias de estos tiempos nos han informado de asesinatos y atentados contra la mujer, esta figura jurídica se denomina femicidio. Resulta increíble la actitud de indeseables elementos que no solo se contentan con asesinar sino que llegan a extremos de hacerlo de manera salvaje, cruel, inhumana y degradante.  

Algunos consideran que la Policía es culpable, lo cual en cierta forma es verdad, pero hay matices: un vecino y amigo me dijo que los agentes tienen prohibido disparar, excepto en casos inevitables. Mientras ante la prensa se presenta a un delincuente con la cabeza cubierta para ocultar su identidad, los policías tienen su rostro descubierto, enfrentando la posibilidad de ser víctimas de represalias de aliados de los criminales.

Los policías no reciben una capacitación profesional integral, cuando se gradúan no conocen totalmente el uso de armas o acciones para defender a la ciudadanía; y en el caso de disparar y matar a un delincuente, son acusados de abuso policial, por lo cual queda arruinada su carrera.

Tal parece que las leyes se han hecho a favor de los delincuentes. Debemos recordar que el Gobierno anterior puso en práctica la tabla de consumo mínimo de estupefacientes, la cual permite que alguien desquiciado por las drogas agreda a su conviviente o pareja. Es necesario buscar alternativas para esta problemática, papel importante juega la familia y sus integrantes, igualmente la escuela, colegio y la universidad.   

Las Fuerzas Armadas deberían salir a las calles para reprimir a la delincuencia, apoyando a la Policía. Lamentablemente, en ciertos casos, cuando se quiere detener a un delincuente, la barriada o su familia no permiten que la Policía cumpla con sus funciones. (O)

Lic. Ricardo Ordóñez Jaramillo