Seguramente este título supondrá para unos un punto de vista muy personal del autor de este escrito. Otros pensarán que se trata de escandalizar, lo que no es el propósito. Mas, es de esperar que si alguna autoridad gubernamental con funciones incidentes en Educación lo tome como una alerta real de los peligros a los que se enfrentan los duraneños, que es un problema que atañe directamente a los jóvenes estudiantes, sus padres y ciudadanía en general.
El déficit de establecimientos educativos, estatales y privados, en Durán, especialmente en la oferta de bachillerato, obliga a que un considerable número de ellos acuda a los planteles de Guayaquil, forzándolos a trasladarse hasta en dos vehículos de transporte público, lo que representa mayores gastos por ese rubro, más tiempo de recorrido -que incide en el rendimiento del estudiante-, el peligro de subirse a buses que a veces no los quieren recoger o lo hacen al andar porque pagan medio pasaje, el exponerse a redes de narcotráfico, delincuentes, acosadores, etc.
El Gobierno Nacional inauguró este año varios colegios réplica de instituciones emblemáticas de Guayaquil. Un acierto que tiende a evitar cuanto problema hemos citado para los chicos de Durán.
Sería interesante que este cantón, relativamente joven y uno de los de mayor crecimiento poblacional a nivel nacional, sea incluido en ese programa de construcciones educativas.
Ramiro Serrano Miranda