Saludos cordiales:

En el artículo en mención se realiza una especie de análisis sobre el rol de las radios en la difusión de la música de artistas nacionales. Menciona cifras y cita como fuente a un “diagnóstico” realizado por una consultoría del Ministerio de Cultura.

Cuán importante sería que las asociaciones de radio del Ecuador pudiéramos tener acceso a tan revelador estudio. Cómo no quisiéramos las estaciones de radio disponer de una herramienta que nos permita conocer a “ciencia cierta” lo que prefieren los oyentes. De existir un “diagnóstico” que contenga la información que menciona en su artículo el señor Pablo Salgado Jácome, el Ministerio de Cultura está en la obligación (por tratarse de dineros públicos) de difundirlo y ponerlo en conocimiento de las estaciones de radio del país.

Mencionar dudas o reparos respecto de la verdadera capacidad del “diagnóstico” para determinar preferencias de los oyentes por rango de edad, estrato socioeconómico, ubicación geográfica, etc., sería anticipado, razón por la que prefiero esperar a que este cordial llamado surta efecto y realizar el análisis una vez que tengamos acceso al estudio (incluyendo ficha técnica, metodología y demás).

Lo que sí merece comentario son dos asertos del autor que se refieren a la actividad de las estaciones de radio:

1. Señala como una mentira que los medios de comunicación basemos nuestra programación en las preferencias de la gente. Frente a esto es importante mencionar que es el negocio de la publicidad el que sostiene la actividad de los medios privados, este negocio es más o menos eficiente en la medida que el medio logra conquistar audiencia; para lograrlo, no existe otro camino que satisfacerla. ¿Cuál sería entonces el motivo que tendrían las estaciones de radio para ignorar las preferencias de la gente?, ¿cómo se justificaría que más del 80% de la población escuche radio?

2. Se permite aseverar que la programación no la hacen las estaciones locales sino las casas disqueras internacionales. Esto no solo demuestra desconocimiento sino una marcada mala fe y una evidente intención por perjudicar a la radio. Debido a la crisis de la industria musical, en el mundo apenas subsisten lamentables fenómenos que ventajosamente jamás lograron ingresar en nuestro país. Pero este es un argumento que no merece mayor réplica, insisto, porque demuestra absoluta ignorancia respecto de la realidad de la radio en el Ecuador, menos aún si tal calumnia está acompañada de conceptos de independencia y soberanía.

El proteccionismo cultural en tiempos en que un clic te ubica en el lugar del mundo que quieras, tal y como se ha demostrado en otros países, es probablemente el camino más “fácil”, pero aún más ineficiente para incentivar las industrias locales. Es una pena que el enfoque de este artículo se limite a observar la etapa de difusión de la música ecuatoriana y no profundice en el rol que el Estado debería cumplir en aspectos fundamentales, como formación, profesionalización, producción y venta de las propuestas artísticas, así como en la lucha contra la piratería (revisar propuesta pública de AU-D).

Sin recurrir a ningún argumento legal y más bien confiando en la acertada dirección de El Telégrafo, solicito comedidamente la publicación de estas líneas como respuesta al referido artículo y bajo el nombre de “Si vas a hablar de radio, debes saber de radio”.

Álvaro Rosero León
Director
EXA FM Ecuador
Radio Cadena Democracia