Las relaciones de poder entre las agendas políticas y el aparato estatal se agazapan en complacer a un grupo de camaradas, ostentando gallardía inexistente a veces, como también imaginaria. Los múltiples empleos gubernamentales deben ser llenados por gente capacitada, sin involucrar ideologías en el proceso.
En las naciones primermundistas realizan un proceso de selección equitativo, eficiente e intelectual; pero no esperemos aquello en lo nuestro, la discriminación y el desorden llenan las instituciones, porque ciertas personas creen que si no pienso igual, soy un inferior intelectual.
Los méritos no aparecen y las oposiciones de ninguna forma, solo son palabras en un diccionario que el Gobierno no usa. (O)
Miguel Ángel Andrade Ortiz