Se insiste en la destructora farsa; aún se dice desembozadamente que hemos vivido en “democracia”. Con práctico conocimiento y total entereza digo: hemos soportado en torpe y sacrificado espíritu de resistencia animal, un inmoral siglo 20, y vergonzoso instante, a inicios del actual.
Solo escalando con inteligencia, valentía, honestidad, como lo realiza hoy en Socialismo del Siglo 21, liderado por el economista Rafael Correa Delgado, en unión de mujeres y hombres jóvenes y viejos, altamente preparados, para la feliz, justa e imprescindible conquista de vida, de catorce y medio millones, que hemos nacido y habitamos en este rico pero empobrecido Ecuador, lograremos construir una sociedad humana.
Para tan justo fin, tienen que desaparecer definitivamente la criminal corrupción de las mal llamadas “élites”, y el atraso mental mayoritario de la masa considerada “Pueblo”, víctima propiciatoria, a falta de escuela, colegio, universidades de alta calidad, que el Viejo Luchador, General Eloy Alfaro intentó superar, antes de su vil asesinato.
Hoy, igual que ayer, algunos de los pocos que presuntuosa y desvergonzadamente se exhiben por medios radiofónicos, TV y prensa son, únicamente, tanto o más que oscuras copias de los siglos anteriores.
Insisto. liberémonos de esos dañinos “pastores” del supuesto “rebaño”.
De retornar a los oscuros caminos anteriores, que malévolamente nos habían trazado, a no muy largo plazo, Ecuador dejaría de ser país. Insisto: Obligación Sana de auténticos ecuatorianos, IMPEDIRLO.
Mujeres y hombres estamos de pie, sabemos que exigir el beneficio colectivo afecta a los “cínicos contrabandistas de la vida”, como lo señaló José Ingenieros .
También sabemos que las sanas mayorías tenemos derecho al justo beneficio, lo estamos conquistando. Por importante, remarco señalamiento valioso: Don José Mujica, presidente de la República Oriental de Uruguay, manifestó en nuestra capital, Quito, que el socialismo del Siglo 21 está contribuyendo a humanizar a las sociedades de América Latina.
Atentamente,
Alberto E. Vega R.
