El 23 de agosto la Casa Blanca emitió un comunicado anunciando que revaluaría su relación con El Salvador. El anuncio se debe a la decisión del país centroamericano de poner fin a sus tradicionales relaciones diplomáticas con Taiwán e iniciarlas con China. Para EE.UU. esta decisión se ha tomado de “manera no transparente” y afecta al “bienestar de la economía y seguridad de toda la región de las Américas”. La decisión de El Salvador se suma a lo hecho antes por países como Costa Rica o Panamá, que reconocieron a Taiwán y decidieron comenzar relaciones diplomáticas con Pekín. Sin embargo, entonces no hubo una reacción similar por parte del gobierno de EE.UU. que, a raíz del caso salvadoreño, ha llegado a tildar a China de “interferir políticamente” en la política continental. ¿Cómo interpretar esta reacción? (O)
Arantxa Tirado