El príncipe heredero de Emiratos Árabes Unidos, Mohamed bin Salman, ordenó el arresto sin procedimientos jurídicos de influyentes personajes del reino; desde el inversionista más rico, el príncipe Alwaleed bin Talal, hasta el adversario más poderoso, el príncipe Mutaib bin Abdalá.
Bin Salman pretende generar 3 procesos: la consolidación de su poder en detrimento del equilibrio que brindaba una arraigada oligarquía, el ensanchamiento de la hegemonía saudí en el mundo musulmán y la modernización técnica y social del país.
La primera de sus misiones puede ser la más fácil de llevar a cabo, mientras que la segunda será la más difícil de establecer. La clave está en la tercera: si logra reformar Arabia Saudita, es posible que la primera meta dure poco y la segunda se haga realidad. (O)
Augusto Manzanal Ciancaglini