Según WikiLeaks a los EE.UU. “le preocupaba la influencia que ejercía el Ejecutivo sobre los otros poderes del Estado”. En primer lugar, estimo, ¿qué puede preocuparle a otra nación, si una función (no se trata de poderes) “ejerce o ejercía” influencia sobre las otras funciones del Estado”; esa influencia, de existir, debe preocuparle únicamente a los habitantes de esa nación, mientras no cause molestias en las relaciones internacionales. De ser así y en supuesto caso de que estén en el derecho de “preocuparse”, no deberían alarmarse, pues en este país siempre el Ejecutivo ha tenido influencia sobre las otras funciones; primero, porque los componentes del Congreso o asambleas legislativas generalmente son, en su mayoría, simpatizantes de la tesis del Gobierno de turno y son aquellos los que nombran a los miembros de la Función Judicial, de acuerdo con la Constitución de la República.
Estimo entonces que debe haber sido enorme la “preocupación” de los gobernantes de Norteamérica cuando era presidente del Ecuador el Ing. León Febres-Cordero Ribadeneyra, pues él sí, realmente, mantenía no solo “influencia” sobre las otras funciones, sino poder y mando; tanto que hasta la hora actual la Función Judicial sigue comandada por los antiguos jerarcas del Partido Social Cristiano y en las peores condiciones de su historia. Jamás supimos que se preocuparan por ese manejo.
Es más, se hace conocer que “el Mandatario de fuerte personalidad, hipersensible... es inmaduro emocionalmente”.
Realmente se lo puede o podría considerar de tal manera si se estima como “inmadurez” defender principios ideológicos, hacer prevalecer internacionalmente la respetabilidad del país, no permitir que los detractores se proliferen con sus sofismas sin rebatirlos, no aceptar los mandatos ajenos para hacer imponer los nuestros. Bueno conciudadanos, si eso es inmadurez, admitamos que el Presidente del Ecuador es inmaduro.
En el diccionario enciclopédico de la Lengua Española no encuentro muy definido el término “madurez”; pero entendemos que, si se trata de un fruto, este ha llegado a la madurez cuando se puede ingerir y degustar; de tal manera, por lógica, comprendemos que, en lo que respecta al hombre, se ha llegado a la “madurez” cuando con serenidad y sentido llega a discernir sobre tal o cual asunto. El hombre que, si es profesional en tal o cual rama, ha llegado a ejecutar su trabajo con responsabilidad y que siendo estadista ha logrado entender que se debe lograr la obra pública con técnica y que no se puede minimizar al Estado que representa frente a los otros, y que ha llegado a comprender que el derecho internacional es para todos y que debe administrarse con equidad. Ante estas conclusiones, podemos asegurar todo lo contrario, que por fin tenemos un Presidente responsable y con alta madurez política y social.
Atentamente,
Arturo Santos Ditto
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