En reciente sabatina
el presidente Correa
denunció una cosa fea
contra doña Catalina.
Como por magia divina,
tan respetable señora
funge como “relatora”
de los derechos humanos,
pero sepan mis hermanos,
lo que salta sin demora.
Ella estaba contratada
por la empresa Fundamedios,
y el billete de por medio
la amarraba a la gallada.
Aquí viene la sapada
que no la dice Ricaurte,
que ella era juez y parte
en el juego pelucón;
sobre la “libre expresión”
esa CIDH es un “baluarte”.
No dijo esta boca es mía
ni en anverso ni en reverso,
en el famoso Universo
esta perla no existía.
Pregunté qué pasaría
que la noticia no hay,
con tremendo guirigay
nada dice el noticiero
de la andanza de Botero
en sede de la “Yunay”.
Pp. Regato
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