El hecho de que no se haya instalado la audiencia de juicio para el juzgamiento penal de 5 militares procesados por delitos de lesa humanidad, algunos de ellos con fuero de corte en razón de su jerarquía institucional, perpetrados entre 1985 y 1988, época social cristiana del “febrescorderato”, revela que, aparte de la infraestructura civil y tecnológica, incremento de personal operativo de la Función Judicial, agilidad procesal con el procedimiento oral en marcha hoy que aportan a la modernización del país, graves omisiones en la aplicación del Derecho y la Constitución amenazan la administración de justicia.
Es inadmisible que 3 jueces de la Corte Nacional de Justicia han permitido que unos 30 oficiales de alta graduación ocuparan el salón de audiencias para “respaldar” a quienes iban a ser juzgados e influir así en la decisión de dichos jueces.
También es increíble que los señores jueces de dicho tribunal no hayan hecho respetar la administración de justicia, ni hayan hecho valer su autoridad para defender sus propias atribuciones y decisiones imponiendo orden y respeto.
¿Volvemos así, con tal antecedente, a la nefasta época de las audiencias fallidas que manejó con tanto “éxito” cierto tipo de defensores?. Época que creíamos superada. No pocos jueces tuvieron que responder de ello en juicios sumarios, incluso con su destitución.
Rómulo Salazar Ochoa.