Si un esposo borracho golpea y maltrata a su esposa, o continuamente le es infiel, para luego “pedirle perdón”, a lo cual ella “se lo concede” y al cabo de muy pocos días o de cuando en cuando, vuelve con su borrachera, sus golpes, maltratos o infidelidad, entonces ese pedido de “perdón” es falso, como lo es también la concesión del mismo, pero ¿qué es lo que determina la autenticidad del perdón?, un factor son los hechos, las acciones, no las palabras. El perdón se lo construye, se lo trabaja con convicción, el perdón uno se lo gana, uno debe hacerse merecedor del mismo, reconvirtiendo el daño causado y, según la gravedad causada, podrá tomarnos días, meses, años, quizás toda la vida o quizás la vida no nos alcance para esa reconstrucción. ¿Cómo reconstruimos, por ejemplo, el daño en los asesinatos, en las violaciones y otros hechos tan perversos como estos? Quizás la vida no nos alcance, pero quien desea en realidad reparar un daño, cambiar o reconvertir un mal, dará su vida y alma de corazón, en hechos y acciones, aún sabiendo que tal vez hacerlo toda su vida no será suficiente.
Rigoberta Menchú, premio Nobel de la Paz 1992 (cuando el Nobel aún no era manoseado y utilizado como herramienta de lavado del neocolonialismo, como lo es en la actualidad), indígena maya guatemalteca, a quien le asesinaron a su madre, sin encontrar aún sus restos; a quien le quemaron vivo a su padre, a quien le asesinaron también a sus hermanos sin tampoco saber de sus restos, todo por hacer frente en forma noble, valiente y honesta a la brutalidad de la dictadura militar de una época triste, decía: “No hay perdón sin justicia”.
El diario El Universo, para ganarse por sí mismo ese perdón, debe reconstruir todo el daño histórico que ha causado a nuestra sociedad, al ser vocero de una falsa realidad emanada por los poderes fácticos que han dominado este país y que aún se resisten a dejar de hacerlo; en su reconstrucción de ese perdón debe mirar hacia adelante tomando la determinación de servir a los intereses de la patria, de precautelar y dar cabida al bien común para la sociedad; debe abrazar en forma permanente a la verdad; debe dejar atrás el servir a los intereses de aquella persona (o personas) que ha poseído y posee alrededor del 99% de su participación accionaria del diario, comenzando con revelar quién ha sido, quién es y quién sigue siendo, en sus 90 años de existencia, la persona que ha controlado la política editorial del diario; quién es esa persona que, como propietaria, ha impartido órdenes e instruido a los Pérez y su equipo cercano; para ganarse el perdón de la sociedad el diario debe también dejar el odio y el rencor reflejados al utilizar el medio para ocultar una verdad a través de cadenas de mentiras tras mentiras.
El Presidente de la República, representante legítimo de nuestra patria, elegido para esto por nuestra sociedad, a través de sus hechos y acciones, ha demostrado que no guarda odio ni rencor para con quienes provocaron, protagonizaron, encubrieron y facilitaron a través del diario aquella calumnia de señalarlo falsamente como actor de un delito de lesa humanidad y lo que lo motiva es la búsqueda de la verdad y un sentido de justicia, así mismo, por ser representante elegido por nuestra sociedad, para hacer un bien al país, para hacerse un bien a sí mismo y para hacer un bien a quienes lo han calumniado, debe tener presente que el perdón el ser humano debe ganárselo, que para merecerlo, antes, debe reconstruir y componer el daño causado, debe tener la convicción de desear crecer como ser humano y corregir de raíz las causas de todo mal, aun si le lleva toda la vida…
Roberto Castello Albán
C.C. Nº 090986172-6