Las nuevas leyes de la República son planes que nos sirven para comenzar a subvertir el orden burgués establecido.
Más de dos siglos bajo el dominio de unos poderes públicos, hoy más y más alejados del alcance de los ciudadanos y ciudadanas.
La tesis libertaria que hemos decidido construir y defender a lo largo y ancho de todo el país tiene sus profundas raíces sostenidas en el ideario forjado por el maestro Simón Rodríguez a su discípulo Simón Bolívar. Este ideario es hoy un proyecto político y está en plena construcción dialéctica.
Tal compromiso, 14 años después, enriquecido por uno de sus hijos predilectos: Hugo Rafael Chávez Frías, podemos afirmar, sin temor alguno, que desde los temibles poderes públicos burgueses ha sido frenado en seco, en empuje y desarrollo. Siempre en nuestras consideraciones hemos sostenido que, para abordar el tránsito al socialismo, necesitamos crear un poder popular de elevada consistencia ideológica y política. Poder popular originario, rector y hegemónico que se exprese en lo común y en lo cotidiano.
He allí entonces, la urgencia que tenemos de inventar todos los ingenios políticos posibles; a los fines de poder asaltar, en términos constituyentes, estas ya desgastadas madrigueras; y con ello, “en tránsito acordado”, obligarlas y conducirlas a asumir su pronta refundación en el marco de la insigne ética y nueva moral socialista.
Esto pasa por llevarlos a plano de hacerlos aliados revolucionarios, a aceptar por entero a gobernar obedeciendo y en estricta subordinación a la fuerza que surge de la participación organizada y protagónica radical de las masas, es decir el ya indetenible e indómito poder popular.
Héctor Salas
Miembro del Frente Comunicacional
de la Venezuela Bolivariana