En referencia al ejemplar del domingo 30 de junio:
En un mundo en el que se construyen realidades a través de los Big Business Media Comunication (los grandes negocios de los medios de comunicación ), ¿cómo se le puede dar tanta relevancia a un evento tan sesgado cultural y políticamente como el de la elección “El gran colombiano” sin entregar alguna información adicional de contraste? Nosotros, como país, debemos tener presentes, y más aún nuestro periódico público, el nombre y apellido de cada una de los niños, niñas, mujeres y adultos en general ecuatorianos que en la frontera norte perdieron sus vidas y su salud por las fumigaciones de supuestos cultivos ilegales, y por quienes el “ganador” jamás enmendará su abuso, pues el peso del silencio también lo podemos sostener desde el estilo periodístico de este artículo, que me ha desconcertado.
Despiste sin proporción poner el 100% de la imagen gráfica del “ganador”, pues lo justo “semióticamente”, si nos proponemos cuestionar “las intenciones” de los parapetados sondeos de simpatía virtuales, sería también poner una gráfica del segundo y no solo del primero, en la misma proporción, pues en este caso, la única versión es que el “ganador” es irrebatible, arrollador, trascendental, y que el segundo, ni lo es ni lo será.
No olvidemos el origen de la competencia, en un mundo en que el sistema electoral venezolano, según denuncia de su vocera, recibió 45.000 ciberataques en las últimas elecciones presidenciales, como muestra de cuánto se puede hacer sobre sondeos “electrónicos y virtuales”, porque las herramientas son las mismas: los servidores, Internet, los hackers, los programadores, las redes sociales, solo que esta vez puestas al servicio de, más que una imagen o un personaje, a la imperdonable lógica del abuso de la fuerza militar y la impunidad casada con los negocios más oscuros que empobrecen y destruyen a nuestros pueblos, fenómenos corporativos que todavía buscan enraizarse en nuestra América Latina, y qué mejor que con estas figuras “consagradas” por medios virtuales susceptibles.
¡Ah!, imperdonable de mi parte obviar este cuestionamiento a su artículo sin recordarles el dolor de campesinos hermanos y hermanas del otro lado de la frontera norte, que también perdieron su futuro con las fumigaciones del “ganador” y que lo más seguro es que ni hayan tenido oportunidad de participar del sondeo, al igual que los desplazados por el conflicto o los campesinos movilizados por la Reforma Agraria, producto de los diálogos de paz impulsados por Hugo Chávez, Piedad Córdoba, los movimientos campesinos y asumidos por el actual Ejecutivo.
No es nuestro asunto sugerir quién debería ganar o perder, pero sí es nuestra obligación ciudadana demandar más equilibrio en las páginas de nuestro periódico público, y pedirles que dejen de aportar ingenuamente a la construcción de verdades oscuras, retorcidas, fascistas.
Giovanni Salinas Layana
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