La crisis de gobernabilidad en el Ecuador incluía una crisis del control político al capital financiero, que se expresó por muchos años en desatención a las demandas postergadas de la ciudadanía y en el uso de los fondos del Seguro Social para financiamiento del déficit público, evitando de esta forma aumentar los impuestos a los capitales, un Estado amenazado por grupos de poder económico prestos a chantajear con la salida de sus negocios, en otras palabras: una disciplina fiscal subordina al que más tiene. Actuación armónica y a tono entre los gobiernos de turno y la banca, para la puesta en operación de un dispositivo de control social y político, capaz de meter la mano a los dineros de los trabajadores y generar dependencia en las condiciones de vida. Potenciando, además, la liberalización, el aumento de los intercambios monetarios (a través del paso a un sistema de cambios flexibles), el giro monetarista de las políticas económicas y la desregulación del mercado internacional de capitales, hasta independizar de las leyes y el territorio al capital financiero.

Pues para Jean Ziegler, relator de la ONU, uno de los tipos del capital que se ha independizado es el capital financiero, que de manera virtual, líquida y móvil se hace visible y toma cuerpo en las bolsas y ejerce su dominio por sobre los capitales comercial, industrial y social. De manera que, cuando la bolsa de Tokio cierra, abren las de Fráncfort, Madrid, París y Londres, y cuando estas cierran, toman el relevo las de Nueva York y de Chicago, por lo tanto, el capital financiero recorre el mundo las 24 horas del día, con una única finalidad: el beneficio máximo de la banca.

Por ende, desarrollar el mercado financiero es el mayor ingenio del neoliberalismo, y su principal impulso son los procesos de acumulación (acumuladores patológicos) y de valorización, orientados a explotar el conocimiento y la renta de los trabajadores, a través de la exclusividad del ahorro, que de acuerdo a las declaraciones del presidente ejecutivo de Produbanco, hace pocos días, en Ecuador los bancos manejan el dinero de 7 millones de depositantes, más o menos unos $ 20 mil millones en ahorros.

De manera que por oposición, rebeldía y revolución debemos fortalecer el control del Estado al capital, para rescate de valores fundamentales, como la autodeterminación, el gobernarse por delegación revocable y la vida.  

Soc. Wilmer Suárez Velásquez
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