El 18 de septiembre de 1998 se creó el bono solidario (BS) (presidente Jamil Mahuad, Decreto Ejecutivo Nº 129), o como actualmente se lo conoce con el nombre de bono de desarrollo humano (BDH), el mismo que surgió como un subsidio para las familias más pobres del país, con el fin de compensar los efectos sufridos por la crisis financiera experimentada en ese momento, según lo indicado en Internet.
En el año 2000 se creó el Programa de Protección Social (PPS) (presidente Gustavo Noboa, Decreto Ejecutivo Nº 486), mediante el cual pasaría a administrar de manera autónoma el BS y todas las transferencias monetarias a las familias de extrema pobreza.
En el año 2003 el BS sufrió un cambio conceptual, por lo que pasa a ser denominado BDH (presidente Lucio Gutiérrez, Decreto Ejecutivo Nº 347), estableciéndose condiciones para recibirlo -como familia con niños menores de 6 años de edad- y se incrementó en 20% el número de sus beneficiarios, pasando a 1’283.073 con una asignación presupuestaria de 160 millones de dólares (Ministerio de Inclusión Económica y Social).
En el mes de julio del año 2009 se incrementó el valor del BDH a 35 dólares (presidente Rafael Correa, Decreto Ejecutivo Nº 1838); al año 2010, la base de beneficiarios se incrementó a 1’642.571, con una asignación presupuestaria de 656 millones de dólares, y la tenencia al alza continuó con 750 millones de dólares en el año 2011 (Pro forma Presupuesto General del Estado 2011).
Económicamente esta situación afecta la disponibilidad financiera del Estado, por cuanto desde la creación de este subsidio en 1998 (13 años), el número de beneficiarios, en lugar de reducirse tras el tiempo transcurrido, se ha incrementado en un 55%, y su gasto en un 275%, subsidio que debió ser transitorio y a corto plazo por la emergencia de la crisis financiera.
Esta ayuda económica no debe desincentivar la participación de la fuerza de trabajo, ya que muchos de los beneficiarios pueden laborar para el Estado porque no son discapacitados.
El Estado debe gradualmente transferir a los beneficiarios del BDH al producto interno bruto del país (PIB), a través de las nuevas plazas de trabajo que genera la ejecución de las obras públicas planificadas por el Gobierno en el futuro, para que en lugar de que dichos beneficiarios sean una carga para el Estado, pasen a formar una fuerza de trabajo gubernamental (no política).
¿El subsidio del bono de desarrollo humano puede convertirse en una fuerza de trabajo gubernamental? ¿Debe mantenerse un subsidio a largo plazo? ¿El bono de desarrollo humano puede ser cobrado por un beneficiario que no es discapacitado?
Eco. Ángel Calderón Mayorga
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