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El Telégrafo

El apóstol Santiago, primer exponente de la Teología de la Liberación

06 de octubre de 2015

Les toca a los ricos. Dentro de los sectores religiosos y también dentro de los seglares católicos ven a la Teología de la Liberación como un semicomunismo o como sinónimo de marxismo, sin entender que la Teología de la Liberación es opción por los pobres.

Con esa postura se ponen del lado de los ricos, no entienden que los pobres son los protagonistas del Reino de Dios. Dicen que Cristo solo vino a liberar al alma del pecado, sin tomar en cuenta que Cristo se preocupó de la liberación integral del ser humano. No podemos hablarle de Cristo a alguien que tenga el estómago vacío, si no veamos que los ejes centrales de los mensajes del papa Francisco están en continuidad con los de monseñor Proaño.

En la carta del apóstol Santiago 5.1-6 encontramos lo que les dice a los ricos, que les cae como anillo al dedo a los que defienden al ‘dios dinero’ poniéndose en contra de las leyes de herencia y plusvalía. “Lloren y laméntense, ustedes, los ricos, por las desgracias que les esperan. Sus riquezas se han corrompido; la polilla se ha comido sus vestidos; enmohecidos están su oro y su plata, y ese moho será una prueba contra ustedes y consumirá sus carnes como el fuego. Con esto ustedes han atesorado un castigo para los últimos días.

El salario que ustedes han defraudado a los trabajadores que segaron sus campos está clamando contra ustedes; sus gritos han llegado al oído del Señor de los ejércitos. Han vivido ustedes en este mundo entregados al lujo y al placer; engordando como reses para el día de la matanza. Han condenado a los inocentes y los han matado, porque no podían defenderse”.

Se ve claramente que Santiago, el Apóstol de los Pobres, se refiere a los ricos en general, para los que la riqueza es el fin principal de su vida. Les advierte que, en vez de alegrarse y gozar, deberían lamentarse por la suerte que les espera; perderán sus bienes y serán condenados en el día del juicio.

Los ricos perderán lo atesorado, que está podrido por la injusticia. El remordimiento consumirá como fuego al culpable. En el día del juicio perecerán con sus riquezas:

a) Por la injusticia practicada al adquirirlas o al retener salarios que pertenecen al trabajador.
b) Por el mal uso: por el placer y el lujo, viviendo como ganado hasta el día de la matanza.
c) Por condenar a morir a hombres indefensos.

Estas fuertes palabras son como el eco de la enseñanza de Jesús. “Pero pobres ustedes, los ricos, porque ustedes tienen ya su consuelo” (Lc, 6,24).
Tomado de la Biblia latinoamericana.

Esperamos que con el papa Francisco resurja con más fuerza la Teología de la Liberación.

Luis Alfredo Ramón
C.C. 1700851643

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