Parecería que los hechos del llamado 30-S se prestan a distintas versiones, pues quienes se sublevaron ahora se consideran “víctimas”, por haber sido sancionados judicialmente, entonces los muertos y heridos serían victimarios, en especial el policía Froilán Jiménez, impactado al escoltar el vehículo en el que iba el expresidente.
Sería procedente entonces enjuiciar al exjefe de Estado, pues al no caerle las balas sería el culpable de esa muerte y de las demás, y al ordenar que se lo rescate, sería “autor pasivo”, pese a las disposiciones expresas de no disparar, según constancias documentales y audiovisuales, así como el libro y declaraciones del exjefe del Comando Conjunto de las FF.AA. en ese entonces, quien ha insistido en la actitud dolosa de los sublevados.
Pero la pasión es capaz de cualquier cosa, pues quienes estaban habituados a las políticas tradicionales no se adaptaron a las correcciones que se intentaron para que el país pueda progresar. (O)
Ma. Anunzziata Llerena Naranjo