¿Existe negativismo en la información que Ecuavisa emite en sus programas noticiosos y de opinión? Y si existe, ¿por qué lo hace? Se me vienen a la mente estas preguntas porque sus emisiones informativas y sus entrevistas solo se manejan con sesgos negativos cuando se refieren a las gestiones que se realizan desde las diferentes instancias del Gobierno.
Un ejemplo. El viernes 27 de agosto la presentadora Estéfany Espín conduce una entrevista a Jorge González, director ejecutivo del Incop, acerca de la anunciada compra de $ 1.500 millones en medicina por parte del Gobierno para los diferentes centros del sistema de salud pública, policiales y militares.
De inmediato presenta, a manera de sustento a sus inquirimientos, declaraciones de Renato Carló, presidente de la Asociación de Laboratorios Farmacéuticos Ecuatorianos, en las que pone reparos a las compras que se harían a Cuba y a la posibilidad de que los medicamentos pudieran perderse, como ya ocurrió en años anteriores, “porque acá no existen centros adecuados de almacenamiento”.
Una entrevista cargada de negativismo.
El diccionario de la Academia de la Lengua Española refiere al negativismo como un sinónimo de pesimismo, al que define como la “propensión a ver y juzgar las cosas en su aspecto más desfavorable” .
Esto para tratar de responderme a mis preguntas.
En el campo médico encontramos que “es un trastorno del comportamiento caracterizado por oposición, resistencia, rechazo a cooperar incluso con las peticiones más razonables y tendencia a actuar de la forma contraria”.
En los aproximadamente 6 minutos que duró la entrevista, Espín solo se dedicó a cuestionar los métodos que se utilizan para la compra, el porqué incluir a Cuba, cuando se podría -según ella y sin sustento- conseguir los medicamentos en otros países a menores precios; y la transparencia en el proceso.
El funcionario, por su parte, absolvió todos esos cuestionamientos razonablemente, con argumentos técnicos, experiencias exitosas -como el caso de las últimas compras por parte del IESS- y análisis metodológico de compras transparentes.
Este análisis tiene su asidero porque nunca se habló del tipo de medicina que se comprará, para qué sirven, qué enfermedades se intenta curar o qué males se pretende prevenir. Tampoco se dijo a quiénes o qué grupos sociales va dirigida esta medicina, menos aún cuántos ciudadanos serán beneficiados con medicina gratuita.
¿Eso no es lo importante? ¿Eso no es noticia?
Seguramente para quienes manejan la línea editorial del canal, la noticia positiva no tiene importancia.
Ramiro Serrano M.
Durán - Ecuador