Me voy a tomar el atrevimiento de hablar en nombre del 73% de ecuatorianos que aprobamos la gestión de mi presidente Correa y al cual seis veces consecutivas le hemos confiado nuestro voto. Y con certeza lo seguiremos haciendo. Hay que vivir en el Ecuador para observar cómo ha cambiado nuestra patria para bien. Ahora observamos más escuelas con tecnología de punta, más carreteras, servicios públicos de óptima calidad, créditos de todo tipo y ayuda sin ningún costo a las clases desposeídas. Lamentablemente de estos avances no se hace eco nuestra prensa “libre e independiente”.
Es en este Gobierno que, por primera vez en la historia, las personas ya no emigran a otros países huyendo de la miseria y falta de oportunidades. Al contrario, los inmigrantes están regresando a su país con el Plan Retorno que es iniciativa de este régimen. Si regresan es porque saben que la patria está cambiando, que su retorno y futuro está garantizado.
Con mucha vergüenza e indignación he observado cómo unos cuantos inmigrantes, claramente manipulados, critican a nuestro Presidente, valiéndose justamente de informaciones falsas y carentes de ética que emite cierta prensa corrupta. Esta prensa en su mayor parte parcializada con quien difiera con este Gobierno, ataca con su puñal de calumnias para luego escudarse tras la tan mancillada libertad de expresión. Insulta, agrede, difama y calumnia para luego de rodillas decir: “No cabe la prisión para nosotros, ¿no ven que somos periodistas?”. Ahora que están enjuiciados se rasgan las vestiduras en defensa de la “libertad de expresión”, cuando ya el pueblo ecuatoriano sabe que lo que realmente temen es repatriar esos 40 millones de dólares de las Islas Caimán. Desista de la demanda, señor Presidente. La justicia y la opinión ciudadana ya le han dado la razón. Su honra y la de cada ciudadano valen mucho más que esa cantidad. Lo que a usted le sobra en honradez a ellos les falta en ética. Desista de la demanda, señor Presidente, porque si una rata ya abandonó el barco rumbo a Miami, lo mismo sucedería con el resto de esta plaga, a las cuales sería mejor exterminar nuevamente en las urnas.
Los que sentimos el cambio que su Gobierno se ha trazado, le decimos: Gracias, señor Presidente, siga adelante e ignore a todos aquellos que dentro y fuera del país nos hacen quedar mal, que por cierto son una minoría a la cual no vale la pena que usted replique sus rebuznadas. Regrese, señor Presidente, que aquí lo esperamos con
infinito amor.
Ab. Raúl Marcelo Peñafiel Tixe
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Florida Norte- Guayaquil