Pero es el único Presidente que ha impulsado verdaderas reformas a la estructura socioeconómica del país, y las instituciones del Estado, que anteriores gobiernos  mantuvieron intocables, por presiones de la oligarquía y la partidocracia corrupta, que con la oposición resaltan casos aislados de venalidad, que han sido  perseguidos implacablemente por el Gobierno, pero tratan de aparecer como algo recurrente y cada día inventan imputaciones falaces contra funcionarios públicos.

Se critica la reforma judicial aprobada por el pueblo, como supuesta intromisión en el descompuesto sistema que existía,  que aún presenta ciertas fallas, pero los operadores de justicia y auxiliares andan con más cuidado, ya que existen los mecanismos legales para corregir.

Lo que más llama la atención es que casi todos los candidatos ofrecen hacer lo mismo que el actual Gobierno ya ha realizado  o está cumpliendo lo que cuando fueron poder o formaron parte no pudieron y se cayeron por corruptos, ofreciendo cínicamente hacer lo que no fueron capaces de efectuar en su oportunidad.

Entre las absurdas promesas, por ejemplo, he visto que un conspicuo candidato ofrece para la seguridad ciudadana crear plazas para 20.000 policías y, al mismo tiempo, bajar impuestos, es decir no se sabe cómo se financiarán tantas “bellezas”, cuando hasta los niños de escuela saben que la única manera de redistribuir la riqueza es mediante los impuestos que pagan los que más tienen, para financiar la obra social y pública en beneficio de los sectores populares, como en los países más desarrollados donde los impuestos pasan generalmente del 50% para los que tienen mayores ingresos; el mismo candidato ofrece dejar en “libertad” que la gente se embriague cuando le dé la “regalada gana”, pese a que es la peor droga que más muertes ocasiona, sea por crímenes o accidentes de tránsito (debería permitirse que solo se pudiera beber dos o tres días a la semana, triplicando las penas bajo efectos del alcohol).

Igualmente, un candidato al parlamento se queja de que actualmente se prohíben las peleas de gallos, los toros, los juegos de azar, que en todo país civilizado precisamente está prohibido, mientras que ciertos periodistas critican las sanciones al sabotaje, la destrucción de vías y bienes públicos o privados, calificando de represión a la “protesta social”, cuando todos vemos que existe absoluta libertad para expresarse o protestar pacíficamente con manifestaciones públicas, por lo que quisiera ver su cara cuando algunos “protestantes” le quemen su carro o su casa, lo que está penado hace más de cincuenta años, que otros gobiernos ineptos eran incapaces de hacer cumplir.

En resumen, un gobierno que está dispuesto a desarrollar el país en función de los intereses populares, cumpliendo y haciendo cumplir  la ley, tendrá el respaldo irrestricto de quienes aman al Ecuador.

Atentamente
Ab. Jorge Chambers Hidalgo
C.C. 0900238502