Señor Director
Diario El Telégrafo
Le escribo porque cada día estoy más asombrada de la gente, sobre todo de la juventud. En el caso del estudiante de medicina que el martes insultó al Presidente de la República, pienso que, independientemente de si determinada autoridad me caiga bien o mal, hay jerarquías que se deben respetar.
No se puede tratar de esa manera a nadie. ¿Qué pasa con la sociedad? Los hijos no respetan a los padres, ni los alumnos a sus maestros. Pensamos que solo nosotros tenemos derecho a ser respetados; no nos damos cuenta de que nuestros derechos terminan donde comienzan los de los demás.
Y lo más indignante es que a este joven no se le castiga para no limitar su “libertad de expresión”. ¿Hasta cuándo permitimos la impunidad? Estos actos son libertinaje. Tenemos que ser responsables de lo que hacemos y decimos; además, si se los detiene la prensa los victimiza.
No sé si hay alguna manera de hacerle saber a nuestro Presidente que no está solo en su lucha por cambiar el país; que los buenos somos más y sabemos valorar su incansable trabajo y queremos su reelección. Que no se desaliente a pesar de estos malos momentos.
Un abrazo.
Monserrath Guzmán
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