La primera edición de esta fecha, que tiene como lema ‘Liderando las transformaciones urbanas’, se da después de que la Asamblea General de la ONU aprobó la resolución que designó el último día de octubre como el Día Mundial de las Ciudades, en diciembre de 2013. A partir de este día se espera promover el interés de la comunidad internacional por la urbanización, fomentar la cooperación entre países, contribuir al desarrollo urbano sostenible de ciudades y pueblos alrededor del mundo y enfrentar los desafíos urbanos.
La humanidad está en una encrucijada y experimenta un importante cambio urbanístico que está transformando nuestro mundo. La urbanización es un proceso inevitable que presenta enormes desafíos, como ciudades de muchos países que crecen a un ritmo sin precedentes. No obstante, la urbanización debe ser vista como una oportunidad para las ciudades, como motores del crecimiento y para liderar una transformación positiva hacia el desarrollo sostenible.
La transformación urbana es inevitable: continuará para bien o para mal. Si no se reexamina, la urbanización continuará a propagar tendencias negativas, entre ellas: aumento de la segregación, la desigualdad y la degradación del medio ambiente. El Día Mundial de las Ciudades nos recuerda el papel fundamental que la urbanización tiene en el desarrollo.
Hace 100 años, los habitantes de las ciudades eran la minoría de la población mundial. En las próximas décadas, la población urbana se duplicará, lo que representa cerca de tres cuartas partes de la población global. Este fenómeno, que comenzó hace más de un siglo en Europa y América del Norte, está ahora ocurriendo a toda velocidad en Asia y África, donde millones de personas se mudan a las ciudades. Con el fin de mantenerse al día con las tasas de crecimiento actuales, los países en proceso de urbanización tendrán que construir, cada semana, una ciudad de un millón de habitantes en los próximos cuarenta años.
Recientemente, las ciudades que florecen son testigos de la rápida expansión de los asentamientos informales y no planificados, que carecen de acceso a agua potable, saneamiento e infraestructura adecuada.
A fin de que las ciudades y sus habitantes prosperen es necesario un nuevo paradigma urbano. Uno que reconozca los contextos locales y se base en el respeto del uso público y privado del suelo, el diseño del sonido urbano y un buen coordinado sistema de sistemas. Si una ciudad es para que funcione correctamente, debe coordinar diversas agendas relacionadas con el uso del suelo, la energía, el agua, los residuos, la movilidad, la salud y la educación, el desarrollo económico, y la promoción de la vitalidad cultural y la inclusión social.
Dr. Joan Clos
Director ejecutivo de UN-Habitat