Estoy de acuerdo con varios articulistas que plantean que decir derechos humanos es redundar, repetir, se convierte en una tautología, la figura gramaticalmente está completa con indicar ‘derechos’, no existen términos, derechos inhumanos; debemos comprender que los supuestos derechos que se le otorgan a la naturaleza sus principales representantes son las personas, en los otros casos solo son recomendaciones, sugerencias o reglas para el cuidado de la Pachamama.
Igualmente no existen varias razas, es un absurdo error generalizado porque existe una sola raza: la humana, este término no tiene subdivisión o sinónimo. Insisto, los humanos somos la única raza con inteligencia, raciocinio, capacidad y amor, los que se proclaman racistas o condenan el racismo están equivocados, lo que realmente existe son: etnias, color de piel, nacionalidades (…).
Quiero rechazar la actitud del Gobierno de aceptar el término género en vez de sexo en la cedula de identidad. Nadie puede negar que existen los dos géneros masculino y femenino desde su nacimiento, independientemente de que sean homosexuales o que tengan cualquier otra clase de orientación sexual, pero en ningún momento pueden cambiarse de género en un documento público.
Quiero agregar que existen genéricos nominativos que ciertos sectores los reconocen y a través de todos los tiempos han sido difundidos, sean estos masculino o femenino, por ejemplo: modelo/modela, artista/artisto, atleta/atleto, personas/personos, libro/libra, seguro que esta diferencia altera el género original, se convierte en un total absurdo, los términos que la ciudadanía reconoce deben mantenerse en firme.
Lic. Ricardo Ordóñez Jaramillo