Los señores taxistas han formado un tremendo barullo por haberse reducido el subsidio a las gasolinas eco país y extra, lo que deriva en un incremento de 37 centavos ($ 0,37) en el precio del galón. Los taxis actuales son relativamente modernos de fabricación, de entre los años 2000 y 2016. Ya casi no se ven taxis del siglo pasado. Un automóvil moderno como estos, con un buen mantenimiento, como debe hacerse, tiene un rendimiento de entre 25 y 30 kilómetros por galón de gasolina, incluyendo ya el incremento de consumo debido a las dificultades propias del tráfico vehicular. En carretera pueden rendir de entre 35 a 38 kilómetros por galón. Una carrera corriente, por ejemplo, desde Urdesa al centro tiene un recorrido promedio de unos 5 km, lo que quiere decir que esta carrera representa la quinta parte de su consumo, asumiendo, como hemos dicho, un rendimiento de 25 km por galón, o sea, que el precio final de esta carrera representará solo la quinta parte del incremento del precio de la gasolina, es decir 37 (mejor redondeado a 40 ctvs.) dividido para 5, igual a 8 ctvs. Queda claro que en esta operación no juegan ni el precio de las llantas, ni del aceite y otros, porque estos son factores que permanecen inalterables y se mantienen constantes por ser independientes al precio de las gasolinas. El reclamo desproporcionado de los taxistas amarillos nos parece improcedente, tanto peor si exigen compensación (¿?). ¿Qué compensación pueden pedir con tan exigua subida? si al fin y al cabo su actividad es un negocio y tienen que ajustar su economía con esta insignificante subida que no les afecta en nada. Contrasta la pasiva actitud de los taxis dentro de las plataformas Uber y Cabify, que brindan al usuario una excelente atención.
Ing. Jorge Nazri Adum B.
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