Rafael Correa llegó a ser Presidente del Ecuador porque pudo canalizar el clamor popular expresado en los levantamientos indígenas, las huelgas generales de trabajadores, la conmoción social por la sucretización, el salvataje bancario, la migración y en las expresiones de lucha por cambiar la realidad que el sistema capitalista impone.

Con los aciertos y los desaciertos, se reconoce a nivel mundial que las políticas públicas de inversión social y de crecimiento económico implementadas en el país han permitido el desarrollo económico y la disminución de la pobreza. La reelección del actual Mandatario es el abreboca coyuntural, situación importante para la concreción de planes, programas y proyectos que se realizan para la industrialización del aparato productivo ecuatoriano que promuevan la democratización de los medios de producción.

El pueblo decidirá a quién dar su confianza para que asuma tan compleja responsabilidad en la administración del Estado, pero también el pueblo debe pensar que el destino del país es responsabilidad de todos y de todas, y no recae dicha responsabilidad sobre una sola persona, por lo que es imperioso asumir una actitud participativa, colectiva y que cambie las relaciones de poder para alcanzar el Socialismo del Buen Vivir desde los de abajo hacia arriba, y también en doble vía, contando con administradores públicos que cumplan los mandatos para los que fueron electos. Los cambios en infraestructura deben ir de la mano del cambio de actitud de la gente para mejorar el trato a las personas, sin miramientos ni diferencias, sin discriminaciones, esos son valores que propone el Buen Vivir.

La inversión en las megaconstrucciones nos permite optar por nuevas formas de aprovechamiento de la energía. Todo esto, más la sustitución de importaciones, son medidas que han permitido al Ecuador posicionarse en la palestra mundial como un ejemplo de cambio. Sería importante que las medidas no solo continúen sino que se dé paso a la autodepuración del Gobierno que permita a los tomadores de decisiones concretar la Revolución Agraria con el acceso a la tierra, al agua, a los recursos naturales, minerales, etc.; pero sobre todo que impulse la asociatividad comunal en el campo para el retorno del campesino de la ciudad, y también en las ciudades como nuevas formas productivas que privilegien al ser humano y no al dinero; para ir a la par de la nueva matriz productiva y establecer el inicio del nuevo modelo de producción económica: Socialismo del Buen Vivir.

El actual Presidente seguirá en sus funciones mientras siga llenando de esperanza al pueblo al que le ha devuelto dignidad de ser humano con hechos. Y para esto requiere mucha gente comprometida con el cambio a nivel nacional, como sí la tiene. La corrupción ha existido en la historia de la humanidad y por eso es importante la depuración y, en un balance general, el proceso no solo debe continuar, sino mejorar y convertirse en una nueva realidad ajena a antivalores. Esta realidad en salud, de educación, de fomento al aparato productivo nacional debe seguir, por lo que las letras e ideas aplacarán la indolencia de quienes solo quieren vivir bien ellos, cuidando fervientemente su clase social. (O)

Un abrazo fuerte y revolucionario del autor.

Ing. Rodrigo Contero Mejía