Se han recordado datos con razón justificada, por los 30 años de la tragedia que conmovió a los ecuatorianos con el fallecimiento del presidente Jaime Roldós Aguilera. Conocí al ciudadano serio y respetable, al hombre sereno y cauteloso, inteligente y retórico, quien en circunstancias muy especiales, a consecuencia de “la descalificación de Asaad Bucaram”, pudo ser candidato y luego Presidente del Ecuador. Sinceramente, y dejándonos de sentimentalismos, debemos decir que el Ecuador no tiene mayormente que recordarlo en ejecutorias políticas, sean estas buenas o malas, pues su efímera presencia en este campo por su prematura desaparición lo impiden. En definitiva fue el hombre de buena índole, “un ave fugaz”, sin legado que perennizar. Es un recuerdo triste y nada más.
En otro aspecto, muy importante por supuesto, no es verdad lo que se afirma y se ha vuelto a indicar ahora en este aniversario fúnebre, que Roldós Aguilera fue el Presidente más joven que ha tenido hasta ahora el Ecuador; pues Juan José Flores tenía 30 años cuando desempeñó tal función y Leonidas Plaza Gutiérrez llegaba a los 36 años de existencia. De tal manera -que aunque no debe importar mucho la edad para el desempeño de tan delicada función pública, sino sus ejecutorias- debemos decir la verdad siempre, y más aún cuando entramos en los campos de la historia. La verdad, aunque duela.
Arturo Santos Ditto
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Guayaquil-Ecuador