Vivimos tiempos de alardosa petulancia política, pues muchos candidatos ofrecen obras que no van a poder cumplir, por tanto, está bien que algunos medios de comunicación contrasten con opiniones de técnicos, quienes nos abren los ojos y nos limpian la cabeza de ilusionistas.
Tampoco debemos dejarnos convencer de arrebatos de elocuencia que caen como fuego a los contrarios, a quienes tratan de descalificar sin argumentos; debemos estar bien informados para que no nos llegue la pólvora de la politiquería, ya que existen interrogadores insoportables, transmisores de insultos y rumores con el cuento de que así se debate.
Se debe contender, discutir, disputar, luchar sobre programas, pero con altura y presentar pruebas; que sea la razón que mueva a los candidatos y no las emociones.
Es necesario tener en cuenta a quienes ilustran con la verdad la vida pública; esta no siempre está en las redes sociales. Unos a otros se acusan de demagogos, es decir partidarios de la demagogia, entonces recordemos que esta se define como la habilidad de algunos líderes políticos para adular y atraer a las masas populares, aparentando defenderlas, cuando lo que en verdad persiguen son los votos y el apoyo para llegar al poder o mantenerse en él; de distintas maneras la practican regímenes comunistas o fascistas… así es que caminando por el camino de la política por el hilo se saca el ovillo, ¡cuidado nos equivocamos otra vez! Afirmaba Hegel que quien no aprende del pasado incurre nuevamente en errores.
Lcdo. César Burgos Flor