Quiero expresar a las autoridades de control policial y de salud, sobre el tema del control referente a los licores adulterados, que no se debe generalizar por un incidente grave que pasó en una provincia del interior.
Que no se haga una cuestión política ni se busque afán de protagonismo ante los medios de comunicación con acciones que son demasiado drásticas.
Por ejemplo, se sabe exactamente que todo va por un licor que se vende embotellado y de un lugar específico de producción, pero se castiga a los trapiches artesanales, que toda la vida han proveído de buen puro a los ecuatorianos.
El problema son los que lo mezclan para supuestamente “industrializarlo”, pero lo hacen erróneamente o malintencionadamente.
Igual pasa en la ciudad, donde no ha habido problemas, y mucho menos con la cerveza. Pero se castiga a todos y eso no debe ser así.
El intendente de Policía y los comisarios y comisarias deben ser mesurados al actuar. Tampoco se debe coartar la libertad de las personas de beber algo y divertirse, como les guste, mientras no hagan daño a terceros.
Ni perjudicar con sus acciones a los dueños de los centros de diversión, que pierden al cerrar sus negocios.
Atentamente,
Pedro del Solar