A propósito de una información sobre el consumo de leche que leí en EL TELÉGRAFO, vía internet, envío este comentario sobre el tema.
Los ecuatorianos -pese a tener una buena producción lechera- “no consumimos leche”. Prueba al canto. Tomamos café en agua con pan, por la mañana, y café en agua con pan por la noche. La leche tiene una interesante cantidad de calcio, necesario para la consistencia de los huesos y la dentadura. Un familiar cercano, de la tercera edad, me cuenta: “me he caído varias veces y no me fracturo nada, porque consumo leche”. “Personas menores a mí, al caerse, ya se han fracturado la cadera”.
En mi caso personal, cuando mi geriatra dijo que debo consumir leche, le comenté: “pero yo sufro de gastritis”. Ella, enseguida aconsejó: “tome leche deslactosada”. Desde entonces tomo leche por la mañana y por la noche. Mas ocurre que, el café -si bien ingerido mundialmente, contiene “cafeína”, o sea, una droga. El agua, aunque necesaria para el organismo, es agua. Y el pan, han descubierto los alemanes, que aumenta la gastritis -enfermedad que una gran parte de la población padece- porque el pan es elaborado con levadura.
Nosotros estamos acostumbrados a comer pan. Mas ocurre que importamos harina con subsidio. No producimos trigo que, un conocedor del campo decía es un cultivo difícil. Claro que el tratar de cambiar una costumbre alimenticia tan arraigada y hasta sacramentada en el Padre Nuestro, resultaría difícil, por no decir imposible. Leía en Internet que el maíz contiene “Maltodextrina”, un carbohidrato que produce energía de largo alcance.
Razón por la que -me atrevo a pensar- Cuenca ha conseguido la única medalla de oro olímpica para Ecuador. (Los morlacos consumen mote por la mañana, en el almuerzo y por la noche). Los colombianos y venezolanos consumen maíz en las arepas y los mejicanos en los tacos. Cuando una ecuatoriana que residió en Chile escuchó mi comentario sobre nuestro escaso consumo de leche, dijo: “El Gobierno de Chile exhorta en los medios a los chilenos sobre las bondades de consumir leche”.
Dr. Cristóbal Guzmán Bravo