Las naciones soberanas que practican y respetan las leyes, la verdad, los valores éticos y morales son sociedades que se desarrollan eficientemente en su esencia estructural. El nuevo renacer de un orden democrático en el país se viene dando con mucha convicción de voluntades y liderazgos por el presidente Rafael Correa, quien va transformando el Estado ecuatoriano a un ritmo acelerado y sostenido; en tal virtud nos solidarizamos con su pensamiento claro y recto ante las oleadas informativas de la oposición, las cuales practican dos verdades diferentes por conveniencias a un sistema explorador e imperialista. La valentía y entereza del Presidente de la República pasarán a las páginas de la historia por reconstruir un país lleno de corrupción y perversidad de los grupos de poder, los cuales hoy se aferran a lo indefendible. La transparencia de los hechos en el presente régimen se ha logrado concretar con objetivos más profundos en las economías de los pueblos, se ha logrado optimizar la educación y salud, se ha logrado una reactivación del trabajo y la producción y, por ende, una mejor distribución de la riqueza.
Las acciones revolucionarias de la nueva democracia han removido y han sacudido todas las estructuras administrativas, económicas, políticas, sociales y religiosas de nuestra nación, que fueron causadas intencionalmente por los regímenes de ayer y que fueron nefastas para las mayorías. Tan fuerte ha sido el sacudón que han caído ideologías tradicionales de derecha e izquierda y los extremos, economías neoliberales, seudo-organismos, grupos clasistas y fundaciones con claros objetivos de sostener un sistema capitalista. Así también, un capítulo aparte, ciertos medios de comunicación social con su doble moral que distorsionan su función específica de informar, orientar y educar a la ciudadanía a la que se pertenecen. El pueblo ecuatoriano no es ciego ante los hechos y sucesos de ayer, porque estas élites sin conciencia y alma han venido manipulando periódicamente a los gobiernos de turno para mantener privilegios y hegemonías de poder dentro del Estado y crear un sistema dominante hacia los pueblos. El Ecuador de hoy tiene que ir a reformas y cambios radicales en todos los ámbitos y otros por venir: una reforma agraria, ganadera e industrial, reformas en lo energético, minería y el ambiente, y que estos sean pilares esenciales de la economía nacional. Las bases de los pueblos apoyan al Primer Mandatario, por su liderazgo firme y convincente hacia las mayorías de los pueblos sin justicia y marginados, los cuales ven con buenos ojos la ejecutoria gubernamental.
Atentamente
Jorge Renán Rodríguez Caiza
C.C. 1706259122