Establecer una multa por la invasión del carril de la Metrovía ha caotizado aún más el tránsito vehicular, medida que la entidad municipal responsable la impuso sin previo análisis y planificación. Se podría decir que “empezó por ponerse las medias antes que los zapatos” o cualquier metáfora similar aplicable.
El objetivo de lograr mayor fluidez de los vehículos de la Metrovía no se contrastó con la repercusión que tendría sobre la fluidez del tránsito motorizado general, por lo que el resultado a la vista no admite ninguna otra salida: hay que rectificar.
No se trata únicamente de eliminar bordillos, acentuar demarcación de carriles, estacionar vigilantes y colocar letreros en trayectos compartidos, o pensar tardíamente en medidas que incidan favorablemente en la fluidez del tránsito desde una perspectiva global, sino de condonar y eliminar inmediatamente la multa que, además de abusiva, ilegal y desproporcionada, tiene su origen en la falta de planificación del Municipio de la ciudad.
César Bravo Bermeo
Médico, Guayaquil