Con la aprobación de la Ley de Aguas, amén de las amenazas de “si no salen a la protesta, les cortamos el agua”, el Estado garantiza el agua para todos los ecuatorianos.

Por otro lado, tanta preocupación de la oposición a la Ley de Reelección Indefinida. Sus cuestionamientos disfrazan lo que en verdad les preocupa y les quita el sueño: la reelección del presidente Rafael Correa.

La Asamblea Nacional es la voz del mandato popular y democrático mediante nuestro voto en las urnas, consecuentemente, con el pedido mayoritario de este pueblo que por primera vez no grita ‘fuera’, sino ‘reelección’, hace bien en modificar la Constitución dentro de sus facultades.

Cómo entender que, en el reciente pasado, lamentábamos la inestabilidad de los gobiernos, hoy que tenemos estabilidad y una completa tranquilidad en nuestras actividades, sin paro, sin huelgas y sin compatriotas emigrando, la oposición se desespera pidiendo alternabilidad. Pareciera que no entienden a la mayoría de los ecuatorianos, que no queremos más gobernantes que nos vuelvan a desgraciar la vida.

Aprobada la reelección, en 2017 solamente el pueblo con su voto en las urnas decidirá democráticamente, sin impedimento alguno, por la continuidad o alternabilidad. Ojalá para entonces, todos aquellos nostálgicos del pasado tengan la valentía de enfrentarse como candidatos.

Es importante recordarles a quienes hacen referencia con delirios triunfalistas al 23 de febrero, que Correa en esa fecha no fue candidato a nada.

Los opositores políticos reiteradamente protestan en contra de los enlaces sabatinos, pese a ser asiduos oyentes; reclaman el retorno de los medios públicos a manos privadas. Si se consideran emblemáticos defensores de la libertad de expresión, ¿por qué les molesta la existencia de equilibrio en los medios de información?

Los opositores, incluso, se quejan de la inseguridad y a la vez cuestionan la participación de las FF.AA. en apoyo al combate de la delincuencia.

Atentamente

Fabián Chiluiza Villalva
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