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El Telégrafo

Colegio Nacional Vicente Rocafuerte

17 de agosto de 2014

No es necesario retrotraerse en la historia del Colegio Nacional Vicente Rocafuerte porque CONAVIRO, VR, es historia permanente en  el corazón de decenas de miles de jóvenes que se formaron e instruyeron en sus aulas, está presente en la memoria de los habitantes de la ciudad de Guayaquil, también en el espíritu de todos los ecuatorianos. Siempre faltarán palabras de elogio y agradecimiento por la enorme y brillante contribución a la nación realizada a través de 172 años de actividad educativa. Cuna de presidentes, 13 fueron vicentinos.

 Al VR ingresaban niños que vestían orgullosos el caqui uniforme y las tradicionales iniciales VR a los pechos dispuestos a mantener y defender la obra educativa e ideal libertario del ex -Presidente Vicente Rocafuerte y Rodríguez de Bejarano. Seis años de vida estudiantil (a veces mas) suficientes para salir convertidos en ciudadanos y vicentinos por siempre. Era natural en aquellos años de esplendor y gran presencia que las familias independientemente de su condición económico –social dirigieran sus esfuerzos a matricular a sus hijos varones en el centenario colegio.

 Ser vicentino era, además, un desafío por la proverbial entrega y exigencia de sus cuadros docentes, inflexibles a la hora de evaluar. Estimulaban el esfuerzo y dedicación de los mejores estudiantes, al mismo tiempo severos  en calificar a los distraídos, siempre con absoluta justicia y transparencia. Propicio el espacio para recordar a algunos de ellos, profesores: Campodónico Vernaza,  Cotrina, Moncayo, Bastidas, Ampuero, Alarcón, Martínez, Montenegro, Phillips, Constante, Ruiz, Riera, Delgado Guzmán, Egas Pena, Jiménez, Gálvez, Santos, Delgado Cepeda y, tantos otros, quienes honrando la docencia  contribuyeron al desarrollo personal y proyección futura de los estudiantes vicentinos.

En las pasadas décadas la sociedad ecuatoriana creció en número de habitantes y en demanda de necesidades básicas, entre ellas, la educación; los jóvenes en gran número pugnando por estudiar  frente a una oferta que permanecía estancada. No se construyeron en lustros nuevas unidades  educativas, cuello de botella resuelto por el gasto de bolsillo de los padres de familia. La educación pública olvidada y expansión de la privada. Los más pobres sin oportunidad para educarse, salir de la pobreza y movilizarse socialmente. El VR perdió terreno en todas sus manifestaciones, fue absorbido por la mediocridad degradante de la educación  pública. Convertido en emblema del abandono, la calidad educativa experimentó un penoso retroceso con la consecuente pérdida de prestigio y afectación del orgullo de ser vicentino.

Los cambios en la educación pública realizados por el Gobierno de la Revolución Ciudadana, sin parangón en la historia del Ecuador y que responden a los principios: no hay revolución sin revolución educativa; la educación pública debe ser la mejor; para los pobres la mejor educación; serán puestos en práctica en el Colegio Nacional Vicente Rocafuerte con la inversión de 14 millones de dólares en la construcción y arreglo de instalaciones y dependencias, dotación de laboratorios, etc.., primer paso en la recuperación del sitial referente de calidad educativa perdido.

¡Gracias, Presidente Correa!


Dr. Cesar Bravo Bermeo                                                                                                             

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