Todo lo que se predijo y anticipó para estas elecciones presidenciales de Chile resultó pulverizado por la realidad. En primera vuelta nadie esperaba que Piñera recibiera tan pocos votos, todos le daban al menos el 45% y sacó el 36,6%.
Y ahora, para esta segunda vuelta ocurrió lo mismo: lo que más se escuchaba era que la contienda entre Guillier y Piñera iba a ser estrechísima. No fue así. Piñera le sacó 9 puntos al candidato oficialista. También se decía que lo más probable era que menos chilenos y chilenas fueran a votar. Tampoco eso pasó.
¿Qué ocurrió…? Tal vez la campaña del miedo de la derecha surtió efecto. Se habló de “Chilezuela”, y de que se comenzaría a perder el empleo con un gobierno de izquierda. El grito de la multitud que fue a vitorear a Piñera era “¡Chile se salvó! ¡Chile se salvó!”. (O)
Pedro Santander