Es evidente el equipamiento al cuerpo policial para la lucha contra la delincuencia: patrulleros, motocicletas, chalecos, fusiles, pistolas y demás dotación tecnológica, como los 911 con sus cámaras de vigilancia, monitores, comunicación con los UPC, dotados de botones de pánico para una alerta temprana, ubicados en zonas estratégicas de la ciudad, las recompensas por denunciar a los más buscados y traficantes de drogas, etc.
Nuestro cuerpo policial mejora la logística, es eficiente, ya no espera las llamadas de auxilio para actuar, ahora toma la iniciativa de ir en las madrugadas para sorprender a los delincuentes en sus madrigueras, en donde esconden las pruebas de los delitos.
La estrategia es positiva, sin embargo, muchos críticos neófitos en la materia o malintencionados acusan a la Policía de negligente y denuncian un aumento de la delincuencia. Por la eficiencia e iniciativa de una nueva táctica para combatirla que está dando resultado (redundo), ya no esperan un llamado de auxilio para actuar, ahora sorpresivamente atacan, después de un minucioso trabajo de inteligencia. Es así que bandas de sicarios, secuestradores y narcotraficantes han sido desarticuladas y están tras las rejas.
Esto se llama prevención.
Héctor García Rivera
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