Señor Director

del diario El Telégrafo.

Señor Director:

Aspiro a que el espíritu democrático del diario permita la publicación del presente comentario:

Contrasta fuertemente el punto de vista de quienes consideramos a Julian Assange un periodista honesto y valiente, con la opinión del columnista Sebastián Vallejo (“Nuestra peligrosa comedia”, El Telégrafo, 22/6/2012), para quien el comunicador acosado por el poder unipolar, con la complicidad de Gran Bretaña, Suecia y la propia patria de Assange, Australia, es ni más ni menos un criminal.

No de otro modo puede entenderse la afirmación de que “uno tiene que estar consciente de que, desde el inicio, Julian Assange ‘cometió un crimen’ al publicar los cables que obtuvo de manos de un soldado norteamericano”. Es curioso que en vez de calificar de crímenes a los cometidos por los EE.UU. en Irak, junto con la intromisión grosera en los asuntos de los Estados soberanos, el periodista estigmatice a quien los denuncia.

El contenido del artículo revela, por lo demás, que la propuesta del señor Vallejo es no enojar al poderoso, si el Gobierno ecuatoriano, en uso de su soberanía, concede el asilo solicitado por Assange.

Y concluimos señalando que, respondiendo a la preocupación de algunos de que el Gobierno británico no concedería el salvoconducto necesario para el traslado del perseguido a Ecuador, creemos que es mucho mejor su permanencia indefinida en nuestra embajada en Londres, antes que contribuir, por omisión, a que la extradición, que sin duda pedirán los EE.UU., concluya en una muerte anunciada. Ya hay antecedentes en los EE.UU.: Sacco y Vanzzeti, los esposos Rosenberg. A no ser que se piense que “una mancha más no le hace al tigre”.

Atentamente 

Jaime Muñoz Mantilla
C.C. 170244774-7