EE.UU. y EI: padre e hijo del terrorismo
Estados Unidos (EE.UU.), en el afán enfermizo de hegemonismo, se ha convertido en el padre del terrorismo que sufre el planeta. Y para llevar a cabo su descabellada misión ha procreado una serie de hijos, en el mismo EE.UU. y en el mundo, como el EI (Estado Islámico) que, como el padre, son terroristas que están plagando a la humanidad de flagelos. El terrorista padre ha destruido países, que defienden su soberanía y recursos llevando la muerte a millones, solo por el afán insensato de riquezas utilizando a sus hijos terroristas y a países titere.
El terrorismo acabará cuando el padre del terrorismo muera. Pero el padre del terrorismo no es el pueblo de EE.UU., sino el 1% que se ha apropiado de su gobierno. O sea que se terminará el terrorismo cuando EE.UU. sea realmente una democracia y deje de gobernar la plutocracia, que tanto daño hace, tanto al pueblo americano como al mundo entero. (O)
Luis GuiIlermo Sotomayor
Defensa de la vida
Como cualquier defensor de la vida, animalista en este caso, quiero resaltar el contenido de una carta al director, del 6 de diciembre, en la cual se enuncia en rigor profesional que en una corrida el toro termina por inhibirse ante el maltrato y estrés sufrido; habiendo sido lastimado, herido, lacerado con la pica (varias veces) y las banderillas, para controlar su innato ímpetu y vigor, que es toda su defensa natural, hasta llegar al punto de inhibicion y posterior muerte, por parte de un individuo que se prepara muchos años para cometer el crimen, muy diestro y armado de una espada, lo cual termina de configurar un total abuso y superioridad ante el disminuido animal; y si no, que las estadísticas indiquen cuántos toros son torturados y muertos en una ‘temporada’.
Además, el profesional de la medicina veterinaria plantea que, ya atravesado, el animal puede quedar inmovilizado, pero vivo y sufriendo el arrastre, la bulla, etc., etc.
Esto se convierte en una demanda contra el abuso, maltrato y muerte de una vida animal, así de importante y necesario.
Cultura o no cultura, no interesa; alguna vez fue cultura el circo romano, matanza de personas, inocentes o no; espectáculo de muerte y violencia que ahora, en tiempos de democracias en formación, no caben ni aportan a la paz, al respeto a la vida y a la solidaridad.
En ese mismo artículo, una profesional de la psicología analiza que, siendo un espectáculo violento, de abuso, tortura y muerte, es negativo y dañino para cualquier niño o joven; suficiente para ser descalificado como espectáculo. (O)
