John Perkins: un sicario económico redimido

La obra célebre de John Perkins, Confesiones de un Gángster (se traduce mejor como sicario) Económico es una catarsis personal que hace el autor después de vivir por muchos años una lucha interna que colocaría a cualquiera al borde de la locura.

La alienación típica de la sociedad norteamericana en la que se le exige a las personas desde muy jóvenes que encajen en un patrón generalizado de comportamiento llevó al Sr. Perkins a la búsqueda de un nivel de vida, que solo se puede conseguir en las más altas esferas del mundo corporativo.

En este constante esfuerzo va racionalizando el hecho de que cada acción que realiza condena a la miseria a millones de personas en países de la periferia del sistema y a cambio se va fortaleciendo el imperio del capital a nivel mundial.

Estas contradicciones rescatan al ser humano que se mueve al interior de una bestia llamada ‘corporatocracia’, y al fin decide escribir este libro como una especie de auto exorcismo, donde libera todos sus demonios internos; y al mismo tiempo que revela la verdad que nos ocultan los medios de comunicación al servicio de las corporaciones, nos llama con urgencia a abrir los ojos y a tomar acciones concretas para vencer a este mundo alienado en el que nos obligan a vivir.

John Perkins quiere ser una especie de Morpheus y nos da la opción de descubrir el mundo real o quedarnos dentro de la Matrix. Es nuestra opción qué píldora escogemos.

Lcdo. Luis Miguel Córdova
C.I. # 0908956311  

La Universidad de Guayaquil y la Comisión Interventora

En momentos que se rasgan las vestiduras todos los estamentos de mi querida universidad en la que fui profesor, cabe preguntar por qué no lo hicieron en los tiempos cuando imperaba el caos y la anarquía administrativa y académica, cuando el reparto de prebendas y canonjías se asemejaba al del MPD con los profesores del magisterio. He leído respetables comentarios de columnistas en este diario que honraron a la cátedra en su momento, el problema es que ambos catedráticos no vivieron el oscurantismo que había en otras facultades ya que la facultad de Economía donde fueron respetados profesores no topó el fondo. Debe profundizarse más aún la Comisión Interventora, el maquillaje que se ha hecho con pintura y cemento es lo de menos, la Universidad debe cumplir el compromiso con la sociedad, por esa razón ha vivido desde hace casi medio siglo a espaldas del desarrollo.  Desde el 69 no han salido de sus aulas defensores de los trabajadores como Alfonso Quijano, Pedro Saad, Elías Muñoz o estudiosos de la economía como Leonardo Vicuña, Melania Mora y Manuel Medina.

Han preguntado a nuestros médicos si quieren combatir e investigar al chikunguña en el Oriente así como los médicos cubanos fueron a Sierra Leona a combatir el ébola. Más fácil para nuestros profesores de la U es pregonar “el sueldo no nos alcanza ni para parar la olla” -poca autoestima, llamando a la misericordia pública-; fácil es manipular por debajo de la mesa, volver a los tiempos del relajo el poco o nada rigor académico y el asalto a los fondos del pueblo.

 Ing. Salomón Fuentes Vidal, Esp.