Quito, 12 de mayo de 2015
Sr. Orlando Pérez
Director
Diario ELTELÉGRAFO
Hago referencia al artículo que apareció en su diario el 6 de mayo pasado titulado ‘Naufragios en el Mediterráneo’, firmado por el columnista Fander Falconí.
No considero que es el caso de emitir juicios sobre el aspecto sustancial del mismo o de comentar las opiniones manifestadas por el autor del artículo -considero, como italiano y europeo, que el respeto a la libertad de expresión es uno de los puntos fundamentales de toda democracia digna de tal nombre-.
Me limito a señalar a la atención de los lectores estos simples hechos:
La llegada de los migrantes a las costas italianas ha sufrido en los últimos años un dramático crecimiento: teniendo en cuenta solo los datos oficiales, es decir de los desembarcos conocidos y registrados, se ha pasado de las 13.267 personas en 2012, a las 42.925 en 2013, a las 170.100 en 2014. En los primeros dos meses 2015 la tendencia ha sufrido un ulterior, sensible aumento, con más de 70 eventos de desembarque, son 24 más respecto a los 46 registrados en el mismo período del año pasado. A fines de febrero de 2015 eran más de 67.000 los migrantes hospedados en las estructuras temporales de acogida, predispuestas por las autoridades locales y por las competentes instituciones italianas.
Debido a las terribles condiciones en las cuales viene realizada la travesía, se han efectuado -en los últimos meses- decenas de intervenciones a mar abierto, por parte de tripulantes de naves italianas (guardacostas, marinos mercantes, pescadores) que han consentido salvar a miles de migrantes y náufragos (solo desde el 1 de noviembre al 31 de diciembre de 2014) más de 41.700 personas, de las cuales 35.000 fuera del área operativa Triyon (operación de la Unión Europea) y el resto en el ámbito de aquella operación.
Es precisamente por este motivo que requiero el respeto por los centenares de italianas e italianos (que pertenecen a las Fuerzas Armadas: Marina Militar, Capitanía de Puerto, Carabineros, Guardias de Finanzas, Policías de Estado o de las instituciones civiles; Servicio de Protección Civil, marinos mercantes, voluntarios de las ONG o simples pescadores o ciudadanos) comprometidos en las operaciones de búsqueda y salvamento de los barcos de migrantes y desesperados que parten de las costas africanas y que cada día, también con riesgo de perder la vida, afrontan la emergencia y responden en modo humilde, silencioso y concreto al llamado de la solidaridad humana.
Italia y su pueblo -tierra de emigrantes y hoy de inmigrantes- siempre ha cumplido y continuará cumpliendo en el presente y en el futuro su deber y su misión humanitaria y de compromiso con el prójimo. Lo hace y lo hará en el ámbito de las políticas de acogida de la Unión Europea, y si es necesario, sin el apoyo de los demás países.
De esto podemos estar seguros todos.
Gianni Piccato
Embajador de Italia