Sr. Orlando Pérez
Director Diario EL TELÉGRAFO
De mi consideración:
Adjunto al presente un escrito relacionado con las expectativas que al momento surgen respecto de la pronta operación del Proyecto Hidroeléctrico Coca Codo Sinclair, indudablemente de fundamental importancia para el desarrollo económico del país. Pero a la vez, cumplo con señalar que he aprovechado la oportunidad para denunciar graves problemas que se presentan en el ámbito de la administración de las plantas termoeléctricas.
Infortunadamente, por tratarse de aspectos técnicos que requieren ser explicados para una cabal comprensión de los lectores, por más esfuerzos que hice, me fue imposible reducir el texto al máximo permisible de los 1.200 caracteres con que se condiciona la extensión de los artículos para ser publicados en la sección de “Cartas al Director”.
Sin embargo, como suscriptor que soy de su diario, he observado que existe una sección denominada “PUNTO DE VISTA”, en la cual, de no existir impedimento, ruego a usted pueda publicarse el artículo adjunto, más, por denunciar aquello que podría ser uno de los peores enemigos de la Revolución Ciudadana y que son ciertos elementos corruptos infiltrados en la administración de las empresas productivas del Estado como las del sector eléctrico. Es el caso específico de la Unidad de Negocio ELECTROGUAYAS, en una de cuyas unidades me desarrollé como profesional de la Ingeniería Mecánica desde 1979 hasta principios del 2005, en que fui burdamente expulsado por no ser partícipe de la corrupción política del desgobierno de Lucio Gutiérrez y que, hay que reconocer, la presencia de funcionarios corruptos infiltrados perdura hasta nuestros días.
Podría pensarse que, resentimientos personales animan esta denuncia, lo cual descarto totalmente, dado que al momento mi problema personal lo estoy ventilando en el juicio Nº 52439, que, por daño moral, he emprendido en contra de ELECTROGUAYAS. El objetivo fundamental de esta denuncia se sustenta en lo que prescribe el artículo 422, numeral 1, de la Ley de administración pública respecto de la obligatoriedad de todo ciudadano de denunciar la comisión de un presunto delito contra la eficiencia de la administración pública.
Si en mí hubiera predominado el oportunismo, muy bien podría haber acudido a la prensa opositora. Mis principios éticos y morales jamás conjugarían con los medios corruptos, por ello he acudido a EL TELÉGRAFO, a cuyo departamento de investigación, desde ya, estoy predispuesto a dar toda la información que sea necesaria a contribuir a alcanzar los loables objetivos de la Revolución Ciudadana.
Por lo demás, me declaro absolutamente responsable de todo lo expresado en el artículo, rogando a usted, me conceda respuesta a lo solicitado, cualquiera que esta sea.
Atentamente,
Jacinto Alejandro Henríquez Barzola
Ingeniero Mecánico (Escuela Superior Politécnica del Litoral)
Master en Ciencias con mención en Economía y Gestión Empresarial (Universidad Católica de Santiago de Guayaquil)
Docente Universitario desde 1986 en la Universidad Católica de Guayaquil.
