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El Telégrafo

Cartas al Director

22 de diciembre de 2014

El primer fiscalizador del poder es el pueblo, según la Constitución

Constitucionalmente el pueblo es el mandante y “primer fiscalizador” del poder público, en el ejercicio de su derecho en la “participación ciudadana” (art. 204), que forma parte de los poderes del Estado.

De igual forma, la Asamblea Nacional tendrá como “atribuciones y deberes”, la de “fiscalizar” los actos de las funciones Ejecutiva, Electoral y de Transparencia y Control Social, y los otros órganos del poder público, y requerir a las servidoras y servidores públicos las informaciones que considere necesarias (art. 120 numeral 9).

Por lo que la presidenta (que solo es bachiller) de la Asamblea Nacional, debe presentar en el “pleno” del organismo legislativo, el “informe” correspondiente al “cumplimiento” del referido artículo y numeral de la Constitución; a fin de “fortalecer la democracia” y la “participación ciudadana y control social del país”, de acuerdo a sus “instituciones democráticas e independientes”.

Atentamente,

Ángel Calderón Mayorga


Microempresario de hoy, empresario de mañana

El capullo de gestión empresarial es el microempresario, pero para que este capullo germine o eclosione se necesita impulsar su desarrollo. Esto radica en hacer un ajuste social estirando el plazo de los créditos para bajar cuotas y además bajar su tasa de interés para que permita surgir.

Amerita ejemplarizar este tema así: Un trabajador ecuatoriano presta mil dólares a una institución financiera para comprarse un televisor hecho en el exterior para su hogar con una tasa de interés del 15%. Pero si un microempresario desea comprar un televisor ensamblado en Ecuador para su panadería y recurre a una institución financiera para prestar 1.000 dólares la tasa de interés que se aplica es del 24% por pertenecer al sector microempresario y no de consumo. Parece injusto, pero las tasas de interés están en función del tipo de riesgo y no del tipo de impacto social. Es imperativo empujar un programa de educación integral del negocio, pero más personalizado al sector microempresario, manejo de flujo, tributación, disciplina financiera, comercio exterior básico, cómo mejorar el carácter de pago, cómo evitar al prestamista informal, la importancia de respetar el destino del crédito, formalización de sus actividades, maduración estructural de su negocio. Todo esto en conjunto garantiza un verdadero desarrollo para el microempresario, lo que permitirá apuntalarse para luego aumentar sus utilidades, expandir el horizonte de oportunidades y contratar a más ecuatorianos.  

Atentamente,
Gunnar Lundh

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