Horizonte petrolero
La íntima relación entre el petróleo y la política, presente en el presupuesto nacional, se evidencia en estos días de bajos precios en la sonrisa de los ‘contreras’, así como en la posible reducción de las inversiones programadas.
La presente coyuntura tiene como uno de sus principales motores a las acciones militares en países productores importantes, cuya producción ha sido absorbida por EE.UU.; además, desde hace mucho tiempo, otros exportadores netos de petróleo se han sumado a los intereses de los consumidores ricos de Occidente. Por otro lado, surgen importantes sustitutos como el gas y la producción de esquistos dentro de EE.UU. La momentánea alza del dólar y la reducción del crecimiento económico en el mundo completan el marco general de baja de precios. La coyuntura es difícil para productores marginales como nuestro país.
Por todos los factores que influyen en el desarrollo de los precios del petróleo, predecirlo es difícil, pero habiéndose concentrado muchos de los factores pertinentes en los intereses de la OTAN, no es errado tomar en cuenta que para los intereses de los países ricos de Occidente, para sus transnacionales petroleras, los ingresos son el factor más importante. En este caso, el dinero, antes que la política.
Por tanto, la baja se detendría cerca de 80 dólares, que es el costo actual de extracción del petróleo de esquistos en EE.UU., que comenzando en unos 100 dólares, una vez avanzado el desarrollo de los campos de explotación, se ha estabilizado en esa cifra. Un horizonte no tan agradable para la rabia de los ‘contreras’, puesto que en esos términos la reducción de nuestros ingresos no será grave, ni tan bueno como para cumplir con todas las aspiraciones gubernamentales de inversión.
Con todo ello el horizonte electoral a 2017 sería similar al de la fase política iniciada en 2007, desterrando la posibilidad de que el petróleo sea el gran elector: para bien del país, el horizonte político no será definido por el horizonte petrolero.
Atte.
Oswaldo Mantilla Bolaños
El negocio de las armas
Las organizaciones como la ONU, OEA, OTAN y tribunales internacionales hay que reestructurarlas por ser parcializadas, dan la razón y están al servicio de los imperios que provocan conflictos internos en naciones, para después someterlas y usurpar sus riquezas naturales (botín de guerra).
Los países del Tercer Mundo caen en la trampa de los traficantes de armas, se endeudan y mantienen a un ejército disuasivo con armas obsoletas que tal vez nunca llegan a usarlas, para después venderlas como chatarras. Por sus costos millonarios, el país cae en crisis económica, pues hay armamentos que día a día son más sofisticados y al alcance solo de naciones ricas. Así hay países sudamericanos que se han endeudado por comprar aviones, navíos y misiles supuestamente de última tecnología (repotenciados) que al poco tiempo se vuelven obsoletos.
Héctor García Rivera