Drogas
Cuánto dolor siento en el alma por la sociedad actual que han creado y están creando los narcotraficantes y microtraficantes de drogas ilegales. En mis tiempos de infancia nos enseñaron muy bien el evitar el consumo de drogas ilegales con la campaña que decía: ‘Dile Sí a la Vida, No a las Drogas’ o ‘Dile Sí al Deporte, No a las Drogas’. Hoy en día estas campañas deberían retomarse en escuelas y colegios. El consumo de drogas ilegales en la juventud es alarmante. Existen rumores de que los carteles de narcotraficantes y microtraficantes -como el cartel mexicano de Sinaloa o el cartel venezolano de Los Soles- se encuentran en territorio nacional, estableciendo, algo que se conoce como la apertura de mercados de consumo mediante el microtráfico. Hago un llamado público a las autoridades de antinarcóticos a que investiguen en escuelas y colegios para impedir que mafias organizadas corrompan y envenenen el alma y los cuerpos de nuestros jóvenes y niños, que a futuro serán quienes dirijan los destinos de nuestra nación y patria. Hay que ser duros para acabar con esta clase de negocios lucrativos basados en el vicio y la adicción de los cuerpos y almas incautas y débiles ante la tentación del placer efímero que conlleva una muerte lenta y agónica. El mundo de las drogas inicia su actividad con una simple copa de vino, que poco a poco, con el transcurrir del vicio, deriva en las garras de drogas más duras. Las drogas sociales más peligrosas y legales lo constituyen el tabaco y el alcohol, pues son la puerta de entrada para el consumo de drogas más duras y adictivas. Hombres y mujeres deben unirse en sociedades para erradicar el consumo de drogas ilegales con alternativas recreativas, culturales, turísticas y sanas.
Soc. Miguel Mena
Asesor político y social
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Longitud de los procesos judiciales
Lamento la longitud de los procedimientos judiciales, seguir avanzando y hablando con otras fuerzas políticas para poder llegar a un sistema de enjuiciamiento rápido de estos casos, remarcando que la justicia debe ser rápida y ágil, caso contrario perjudica, no solo a los afectados, sino también a todo el sistema.
Pero habría que buscar alguna forma para compensar a esa persona a la que se hace dimitir y luego de que sea absuelta o su caso sea archivado no puede recuperar su vida política, generalmente porque han pasado años y su puesto está ocupado ya por otra persona.
Desde mi punto de vista, sin saltarse la legalidad, el Gobierno tiene la obligación de presionar a todo el mundo, siempre que esté más que demostrado que se está perpetuando una injusticia, falsedad,…etc. “Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala, es el silencio de la gente buena”, dijo Mahatma Gandhi.
Atentamente
Ab. Pedro Arrata Peralta