Señor
Lcdo.
Orlando Pérez
Director diario El Telégrafo
Reciba cordiales saludos y el siguiente criterio personal:
Es realmente lamentable y desalentador que el Premio Nobel de la Paz, en esta ocasión, se haya concedido a una comunidad de países, que si bien es verdad en sus fines constitutivos se incluye la paz entre sus asociados, el premio debió haberse otorgado a una persona natural destacada en los esfuerzos por lograr la paz en nuestro planeta, como es el caso del Dr. Lenín Moreno, vicepresidente de la República, quien ha realizado y continúa realizando una encomiable e histórica labor como parte fundamental de las políticas de nuestro Gobierno, al incluir e insertar a las personas con capacidades especiales, así como otorgar especial protección y apoyo a los sectores más vulnerables, pues por primera ocasión el Estado ecuatoriano ha cumplido en forma irrevocable una acción social digna de ser imitada por todos los países del mundo, lo que se está produciendo en varios gobiernos, tomando como referente las acciones que nuestro país ejecuta en beneficio de este sector ciudadano, tradicionalmente excluido y marginado por las políticas públicas de gobiernos anteriores, lo cual indudablemente contribuye tanto a la paz en nuestra región como en todo el mundo, pues el respeto al derecho ajeno significa la paz, como lo expresara un pensador.
Solo quien no quiere ver las acciones realizadas a favor de los sectores más vulnerables, así como la obra pública y social, especialmente en educación y salud, puede ignorar la labor del Gobierno ecuatoriano, que con la Revolución Alfarista son los únicos que han confrontado las estructuras sociales caducas en sus respectivas épocas.
Atentamente
Ma. Anunzziata Llerena Naranjo
C.C. 0907174122