Señor Director:
Aun si va a ser transitoria, la ausencia de Xavier Lasso en los medios públicos es triste. Pese a que, en principio, considerábamos innecesaria su decisión, su artículo en El Telégrafo del día martes 25 es convincente.
Lo único que nos queda a quienes fuimos asiduos televidentes de su programa “Palabra suelta” es esperar que el interludio sea breve.
“Palabra suelta” es un ejemplo de cómo deberían transcurrir todas las entrevistas. Xavier demostró, junto con su serenidad y ponderación, un profundo conocimiento de los temas que se abordaban con los entrevistados. Pese a lo cual, a diferencia de lo que ocurre en otros espacios en que el entrevistador interrumpe, acosa, se exhibe, procurando eclipsar al personaje de la entrevista, él contribuía a enriquecer la información. Todas las entrevistas que tuve el agrado de ver -solo he perdido unas pocas por imponderables- han dejado huella por su importancia, por su hondura.
Destaco esa extraordinaria con Eduardo Galeano, que mereció que televidentes solicitaran su reedición más de una vez. Esperamos que, tras la fea vorágine electoral, Xavier Lasso esté, nuevamente, con el pueblo ecuatoriano. Y ojalá, no arrinconado en horarios en que el sueño vence, sino como antes, a las 9 p.m.
Atentamente
Jaime Muñoz Mantilla
C.C. 1702447747