Señor
Director de diario El Telégrafo
Ciudad

De mis consideraciones:

Reciba un cordial saludo de la Lic. María Magdalena Peña Morán, rectora del colegio-instituto Ana Paredes de Alfaro, de esta ciudad, ubicado en Sucre 501 y Chimborazo.

He leído con sorpresa, en el diario de su acertada dirección, los titulares y el artículo de la página 31 de la sección Sociedad, del viernes 10 de agosto de 2012, que inicia así: “Estudiantes reclaman por cambio de docentes en colegio Ana Paredes. Dos profesores de Matemáticas fueron reemplazados por docentes formados en Informática, Diseño y Dibujo. Estudiantes y madres de familia se muestran preocupadas por la calidad de la educación”.

Con la cortesía que me caracteriza, como funcionaria y educadora, muy comedidamente invito a usted, como Director y responsable de las publicaciones, se acerque al Rectorado el día y hora en que nos pongamos de acuerdo, o me reciba en su despacho para que conozca el “otro lado de la medalla”, es decir, la versión oficial.

Me resisto a creer, señor Director, que algún periodista o reportero, de un periódico que está marcando la pauta del cambio, todavía utilice las viejas prácticas de la “prensa corrupta”, como bien lo señala el Sr. presidente, Ec. Rafael Correa, para escribir y publicar lo primero que escuchan sin hacer una investigación seria, esto conlleva a cometer injusticias.

Al mismo tiempo, en honor a un mandato constitucional, solicito que en ese espacio igual y en un día festivo se publique la verdad, después de que usted la conozca.

Atentamente

Lic. María Magdalena Peña Morán
Rectora (e)

Nota de Redacción

El viernes 10 de agosto, un periodista de El Telégrafo llegó al colegio-instituto Ana Paredes de Alfaro, donde consultó sobre la situación, denunciada por un grupo de estudiantes y madres de familia de ese plantel; la autoridad responsable que se encontraba en el lugar era la vicerrectora Dennis Correa. Su versión del conflicto consta en los párrafos cinco y seis.

Cuando llegó otra reportera al colegio solicitó hablar de nuevo con la autoridad. Personal del colegio, apostado frente a las oficinas del Rectorado, lo impidió argumentando que otro periodista del diario ya había entrevistado a la vicerrectora. Esta versión oficial está en la publicación en la que también se registraron los intentos por conseguir la versión de la propia rectora, sin que hayamos tenido respuesta.

Ese doble intento se hizo, pese a que ya teníamos una versión institucional. La afirmación de que el reportero(a) o el diario han actuado corruptamente es bastante abusiva y no cabe cuando se han consignado las dos partes del conflicto. Le recordamos -a una educadora- el significado de la palabra corrupto (a): “Que se deja o ha dejado sobornar, pervertir o viciar”; y también: “Dañado, perverso, torcido”. Le invitamos a probar nuestra supuesta corrupción.