Señor Mauricio Rodas
Es miércoles 22 de julio y escucho radio Visión al mediodía, pues ponen música clásica. Pero, ¡oh sorpresa!, anuncian un espacio contratado por usted para informar a la ciudadanía de Quito la ardua semana que ha tenido “inaugurando obras”, así lo dijo usted. Me tomo una pastilla de Digesta y escucho.
La primera gran obra es la incorporación de 800 policías para la seguridad vial, luego de un “riguroso proceso de capacitación”; me dio la impresión de que los entrenó usted y por eso estaba agotado, pero se le olvidó decir que ese entrenamiento lo hizo el Ministerio de Transporte, y dio explicaciones de cómo su administración ha cumplido desde el primer día con la responsabilidad que la anterior administración le dejó haciéndose cargo del tránsito de Quito. Luego se agotó entregando motos al “escuadrón motorizado” femenino”, que en su alcaldía tiene un rol protagónico.
Después, otro día, entregó al barrio La Magdalena el parque 5 de Junio, completamente habilitado, “obra que el barrio ha esperado por años”; el parque ya existía y lo que hizo usted fue rehabilitarlo, como otros que ya existen en Quito; entonces no es que usted inauguró una obra en un barrio que no tenía, la rehabilitación es una obligación de Parques y Jardines, dando mantenimiento. Me alegro por el barrio.
Luego informó que estuvo en Los Chillos en la oficina de capacitación para regularización de barrios; no le entendí si inauguró los talleres o la regularización… me perdí, porque tenía una carraspera impertinente que no le dejaba hablar. El viernes pasado estuvo en Venceremos 1 en Turubamba para ver las obras que les ofreció cuando declaró emergencia en abril: arreglo de calles y unos puentes peatonales que debían estar listos en cien días. Prometió que para el 4 de agosto estarán listos. Entonces esto tampoco se inauguró. Pero le “yena” (así pronuncia usted llena, a lo mexicano) de alegría los puentes Bailey que les construirá sobre el río Machángara. Que no sea como los Quitocables, proyecto suyo del que quedan las destruidas publicidades con las que los “inauguró”.
Luego se fue a Pacto, sector del distrito metropolitano en el que por su iniciativa los ciudadanos hicieron una consulta entre los habitantes y decidieron que no quieren minería en su zona y que ante eso usted procederá a emitir una ordenanza prohibiendo la minería en el lugar, porque hay que cuidar la naturaleza y la agricultura que se desarrolla allí. Le cuento, ya nadie cumple las ordenanzas, con su ejemplo que en su posesión como alcalde violó la ordenanza que omite una estrofa del himno a Quito y lo cantó como quiso; tampoco cumple con el uso de los colores azul y rojo de nuestra bandera, ante la que juró servir a la ciudad. Quito no es un partido político. NO ponga los colores del suyo.
Contó también que se reunió con los comerciantes de los centros comerciales del ahorro y dijo que hablando con todos, así se hace democracia… Por qué no habla con los informales de norte y del sur, y ¿qué pasó con el edificio para los informales del norte de Quito que quedó con el 90% de construcción y no lo termina? También le pregunto ¿por qué no participa en el diálogo que el gobierno ha llamado a todo el Ecuador? Usted fue elegido alcalde y es un servidor de los ciudadanos del Distrito Metropolitano de Quito, no equivoque su papel.
Hasta allí llegó el efecto de la pastilla y mi paciencia porque ya es hora de que Quito realmente tenga un plan. Dedíquese a trabajar en serio.
Ana Lucía Sosa
